Con la firme promesa de no comentar nada de lo ocurrido la noche del domingo os muestro imágenes de cómo dejamos nuestra habitación al irnos y de lo mucho que a algunos les costó abandonar tanto blister y caja.
Montaña de blisters y cajas tras la apertura de todo lo que podía viajar loose. Y no fue la primera.
Los pobres descartados que no vinieron a España con nosotros. Sí, sí; por desgracia dejamos 4 cajas llenitas.
Necesitamos que un botones nos ayudara con las maletas hasta la parada de la lanzadera que nos llevaría al aeropuerto.
¿Sobran maletas o falta gente?
En el aeropuerto de Indianapolis tuvimos la suerte de conocer a la azafata bromista que te cambia de vuelo sin avisar y los trabajadores de McDonalds que no quieren vender hamburguesas temprano.
Y en el de Chicago a David Prowse.
Y Pedro acabó muy impresionado porque mirad la cara con que se quedó cuando nosotros cogimos nuestro vuelo a Madrid y él se quedó esperando el suyo a Londres.
Por si no lo habíais notado, el viaje fue genial y muchísima culpa la tuvo la compañía. Chicos, con vosotros volvemos a ir a donde queráis, incluso con billetes de avión confundidos, maletas perdidas y nunca encontradas, ronquidos y hamburguesas diminutas. ¡¡¡SOIS MUY GRANDES!!!
La verdad que estuvo de Puta Madre hablando claro, y como siempre digo en estos casos, el evento puede estar genial, pero la compañía siempre lo supera, es lo que hace la pena estas cosas, la gente ;)
ResponderEliminarEstas no me las habias enseñado pillin. :)
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